Ética del usuario
Algunos autores definen a un usuario de la siguiente manera:
Patricia Hernández Salazar:
"El usuario es el personaje principal de la trama informativa, es el principio y fin del ciclo de transferencia de la información: él solicita, analiza, evalúa y recrea la información” (Hernández Salazar, 1993, p. 16). Esta misma autora, señala: La razón de ser de cualquier entidad dedicada a ofrecer servicios de información es el usuario… Por lo tanto, la creación, organización y evaluación de unidades de información están determinadas por las necesidades de los usuarios, ya sean estos reales o potenciales. (Hernández Salazar, 1993, p. 16)
Para Patricia Hernández, la motivación para buscar, recuperar y usar la información tiene un carácter eminentemente utilitario y de producción. Una persona con aptitudes para el acceso y el uso de la información es capaz de:
- Reconocer una necesidad de información.
- Determinar el alcance de la información requerida.
- Acceder a ella con eficiencia.
- Evaluar la información y sus fuentes.
- Incorporar la información seleccionada a su propia base de conocimientos.
- Utilizar la información de manera eficaz para acometer tareas específicas.
- Comprender la problemática económica, legal y social que rodea el uso de la información.
- Acceder a ella y utilizarla de forma ética y legal.
- Clasificar, almacenar, manipular y relaborar la información reunida o generada.
- Reconocer la alfabetización en información como elemento esencial para el aprendizaje a lo largo de la vida (Normas sobre aptitudes para el acceso y uso de la información en la educación superior, 2000).
Mónica Izquierdo Alonso
“El usuario de información… [es] aquel individuo que necesita información para el desarrollo continuo de sus actividades, ya sean profesionales o privadas, que como tal utiliza un servicio o hace uso de un producto informativo” (Izquierdo Alonso, 1999). Según esta definición, todos los seres humanos somos usuarios de la información. Estos usuarios necesitan, demandan y usan información en su vida cotidiana, personal, laboral y profesional. Responder a las expectativas, las necesidades y las demandas informativas de la pluralidad de individuos exige que los profesionales al frente de las diferentes unidades de información conozcan y analicen los factores que intervienen en la relación usuario-información, para que los procesos, los recursos, los esfuerzos invertidos en la oferta y los servicios de productos tengan una razón de ser.